Lo digital

No cabe duda de que ahora, más que nunca (o al menos más claramente que nunca), el ser humano aparece como un objeto cultural frente a un, metafóricamente, espejo como es un ordenador, ya que no olvidemos que los primeros ordenadores, que funcionaban -y funcionan- en base a un sistema binario de unos y ceros, no eran más que un intento de emular al cerebro humano, por lo que si emula al cerebro humano, ¿qué somos frente a lo digital?
¿Cómo nos enfrentamos, filosófica o místicamente  hablando, a la idea, de momento futurista pero cada vez más cercana, de un posible cerebro humano –con sus excepciones, por supuesto- digital? ¿Entraría en juego las religiones y su idea de una posible existencia del “alma”?
Hay varios ejemplos enfocados a estas ideas. Uno de ellos bien podría ser el del juego virtual Second Life, nombrado esta mañana en clase. En esta plataforma virtual, una persona frente a un ordenador elige un avatar. Ese avatar se mueve e interactúa con otros avatares en esta plataforma, pudiendo ir, por ejemplo, a una conferencia de chino y pudiendo hablar en ella si quisiera. ¿Qué somos ahí? ¿Seguimos siendo nosotros? ¿No somos, al fin y al cabo, ideas y pensamientos que utiliza el cuerpo humano como una herramienta más para expresarse? ¿No haría esta misma función un avatar en una plataforma virtual? 
Otro ejemplo menos evidente pero no por ello menos curioso es el de programas que ponen música al rostro de una persona, poniendo una música inigualable e irrepetible para ese rostro. Uno sube su foto a su ordenador, lo convierte a un fichero .jpeg en bruto (es decir, hablando claramente, convirtiendo el rostro en un montón de ceros y unos) y después lo pasa al programa para que le ponga música. La música, evidentemente, no sonará a Mozart o Beethoven, sino que sonarán ruidos, pero…, nuestro rostro podría tener una melodía. ¿Qué somos, pues? ¿Música? Claro que no hay que exagerar ni llevar a extremos pensamientos ni ideas; uno es como es, dirá la mayoría de la gente, pero… Cuando vemos una foto de nuestro rostro bien que decimos que ese de la foto es el mismo que la está mirando, ¿no podría, por lo tanto, escuchar una melodía y decir “ese soy yo”? No sólo es posible plantearnos incógnitas a niveles filosóficos o religiosos, sino también económicos, políticos, artísticos/culturales, históricos... 
Lo digital, en definitiva, nos plantea una nueva visión del mundo en el que vivimos, un nuevo espejo al que enfrentarnos, como decíamos esta mañana en clase, una manera nueva en la que vernos y enfrentarnos con nosotros mismos. 





2 Response to "Lo digital"

  1. Estela Martínez says:
    16 de febrero de 2011 a las 17:17

    Es desde luego un nuevo mundo, y por ello hay que descubrirlo. El reflejo en el agua o en una fotografía también daban miedo en un principio. Pero el tiempo y la costumbre son capaces de calmar y tranquilizar nuestros más profundos temores. Y sí, querido amigo David, aunque nos cueste, estamos dentro de este mundo, y debemos de dejar nuestros miedos y costumbres para adentrarnos en un mundo en el que realmente, queriéndolo o no, ya estamos dentro.

  2. Elia Macías says:
    16 de febrero de 2011 a las 19:27

    Todo da miedo en un primer momento, pero ya tenemos la experiencia más que suficiente de la historia y ya es hora de aprender de ella, y si no echad un vistazo a lo que pasó el día que el cine nació con aquel tren... ¿No es mejor aceptar y adaptarse a lo que viene, o ya está aquí, que luchar contra ello y quedarse atrás?porque si vives en este mundo, raro es que puedas escapar...

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